Evidencias del nuevo nacimiento II


Continuamos con la segunda parte sobre las evidencias del nuevo nacimiento.

Tenemos un corazón renovado para Dios

Dios renueva nuestro corazón, en lugar de uno insensible a su voz y al toque del Espíritu Santo, pone en nuestro interior uno sensible a Él.
Antes no nos dolíamos por el pecado y la desobediencia a los mandamientos de Dios, pero al nacer de nuevo eso cambió, aunque arrastramos la naturaleza caída y tendencias pecaminosas ya no queremos pecar contra nuestro Padre celestial.


 “Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas”
Deuteronomio 30:6


 “Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne”
Ezequiel 11:19

“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”
Ezequiel 36:26


La Cuarta marca de una conversión verdadera es un corazón sensible y regenerado.



El deseo de la carne es denunciado y el fruto del Espíritu florece

Tenemos que hacer auto examen de nuestras vidas a la luz de la palabra y respondernos ante Dios ¿Cómo está mi vida?
Con esto solo quiero enfatizar la importancia de analizar nuestro caminar y si el mismo es agradable a Dios o no, si nuestra conciencia nos incomoda denunciándonos que nuestra vida no se ajusta a la exigencia de la Biblia, estamos en una situación peligrosa.
Dios es El Santo y demanda santidad de su pueblo, como hijos suyos tenemos que ser limpios de toda contaminación de carne y espíritu (2 Corintios 7:1) y que apartarnos de todo aquello que es pecaminoso a los ojos de Dios (Hechos 15:20). Cuando queremos andar en santidad las obras de la carne son manifiestas y denunciadas en nuestra vida, con la gracia de Dios podemos resistir al diablo para que huya de nosotros (Santiago 4:7) y huir en las situaciones en las cuales es ordenado por Dios (1 Corintios 6:18 / 10:14).

“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

Gálatas 5:16-25



La quinta marca del nuevo nacimiento es el fruto del Espíritu visible en nuestra vida y un apartamiento de aquello que es pecado.


Se reflejará en un estilo de vida

En esta parte podemos hablar de muchos aspectos por un largo tiempo, pero voy a tratar de resumirlo en unas pocas palabras:

UN ESTILO DE VIDA

Si todos los puntos mencionados anteriormente son una realidad en nuestra vida, ahora podemos decir que estamos en la carrera de nuestra vida y así como Pablo nos proporciona muchos ejemplos de que es la vida cristiana (1 Timoteo 6:11-16), en todo ellos vemos un factor común.
Un estilo de vida marcado por una rendición continua en servicio a Dios, basada en su gracia y misericordias mientras caminamos de su mano en obediencia.
No estamos hablando de buenos hábitos o religiosidad, estamos hablando de una manifestación sincera y verdadera de una búsqueda de la voluntad de Dios en nuestras vidas, de querer caminar agradándole hasta el día que le veamos cara a cara en toda su gloria y majestad.
Dios nos creó para buenas obras las cuales preparó de antemano ¿es esa nuestra preocupación?, tenemos la voluntad de Dios expresada en su palabra y la voluntad de Dios específica para cada una de nuestras vidas, en cualquiera de los dos casos somos llamados a ser fieles en lo poco para poder serlo más adelante en lo mucho (Lucas 16:10).

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”
Efesios 2:10

“Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”
2 Corintios 4:16

Dentro de ese estilo de vida habrá cosas que son manifiestas y las cuales nos son demandadas:
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”
Colosenses 3:1

“Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”
Efesios 4:24

La sexta marca del nuevo nacimiento es una vida de testimonio ante Dios y los hombres como evidencia del cambio obrado en nuestro interior.

Con lo leído anteriormente, leamos atentamente estos versículos y meditemos en ellos.
Soli Deo Gloria.

Os quiero dejar unos preciosos versículos a modo de recoratorio:

“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,  por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;  vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;  a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.
Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.
Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente”

2 Pedro 1:3-12

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