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Una pausa en un mundo frenético

Estas últimas semanas he tenido un tiempo bastante ajetreado, en el cual no pude dedicarme al blog y otros proyectos en los cuales me gusta trabajar, que cierto es que no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos de forma temporal o definitiva. Es por ello que aprovechando este puente hice algo que realmente quería, parar y hacer una valoración lo más objetiva posible sobre cuánto tiempo dedicamos a cada cosa, haciendo un especial énfasis en aquello atañe a la vida devocional de oración y lectura de la Biblia. No es ninguna novedad o secreto para una amplia mayoría de nosotros que la tendencia actual es hacer un millón de cosas cada día, siendo algo normal hasta cierto punto y es que me gustaría puntualizar. Si bien es cierto que todos tenemos más o menos obligaciones o responsabilidades que atender diariamente y debemos ser responsables con ello, hay también ocasiones que entramos en la dinámica de no parar, estando embebidos en asuntos que quizás no debieran tomar d

Evidencias del nuevo nacimiento II

Continuamos con la segunda parte sobre las evidencias del nuevo nacimiento. Tenemos un corazón renovado para Dios Dios renueva nuestro corazón, en lugar de uno insensible a su voz y al toque del Espíritu Santo, pone en nuestro interior uno sensible a Él. Antes no nos dolíamos por el pecado y la desobediencia a los mandamientos de Dios, pero al nacer de nuevo eso cambió, aunque arrastramos la naturaleza caída y tendencias pecaminosas ya no queremos pecar contra nuestro Padre celestial.   “Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas” Deuteronomio 30:6   “Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne” Ezequiel 11:19 “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra

Evidencias del nuevo nacimiento

Me gustaría hablar de un tema que nunca está de más recordar, las evidencias del cristianismo en nuestra vida a nivel personal. Al nacer de nuevo un cambio milagroso y profundo es obrado en nuestras vida, nuestras prioridades , afectos, motivaciones, pensamientos, forma de hablar, sentimientos, comportamiento, relación con lo que es pecado, todo cambia para no volver a ser igual nunca más. Ahora hemos sido capacitados por Dios por medio de la obra redentora de Cristo en la cruz y su posterior resurrección, por la gracia de Dios hemos sido escogidos y salvados de una vida de pecado, que acabaría en el infierno por toda la eternidad. Veamos de forma somera algunos puntos importantes, fruto de esos milagrosos cambios que Dios realiza en la vida de aquellos nacidos de nuevo: Hemos pasado muerte a vida La primera evidencia del nuevo nacimiento es la muerte de uno mismo, la muerte al “Yo”, ese yo pecaminoso y carnal que solo busca satisfacer sus deseos. En la muerte d

Buscando las cosas de arriba III

El amor a Dios y el amor al mundo “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” 1 Juan 2:15-17 De estos tres versículos podemos obtener numerosas lecturas, una primera lectura del versículo quince declara una verdad que va en dos direcciones, una positiva y otra negativa. Podremos comprobar que en una dirección tenemos buenas noticias, aquel que es de Dios no amará al mundo y en contra tendremos la otra cara de la moneda, aquel que no ama a Dios realmente lo reflejará en su amor al mundo. El amor del cual habla en este texto, es un amor que indica devoción o afecto y esa clase de amor no puede ser dado simultáneamente a varias personas a la vez, siendo así apliqu

Buscando las cosas de arriba II

Pensando en las cosas de que agradan a Dios “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu” Romanos 8:5 ¿Quiénes son los de la carne? ¿Quiénes son los del Espíritu? ¿Qué quiere decir exactamente con “los que piensan”?. Los de la carne y los que piensan en la carne son los no creyentes, cuando se emplea el término “piensan” está refiriéndose en el griego a una mentalidad que incluye afectos, procesos mentales y voluntad del individuo. En este caso estamos hablando de aquellos que buscan saciar los apetitos de la carne no redimida, los cuales son diametralmente opuestos a aquello que agrada a Dios, el fin de los mismos no será placentero. “El fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal”   Filipenses 3:19 En contrapunto tenemos a los del Espíritu, estos piensan en las cosas que agradan  a Dios. “Por lo demás,