Buscando las cosas de arriba II
Pensando en las
cosas de que agradan a Dios
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la
carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu”
Romanos 8:5
¿Quiénes son los
de la carne? ¿Quiénes son los del Espíritu? ¿Qué quiere decir exactamente con
“los que piensan”?.
Los de la carne
y los que piensan en la carne son los no creyentes, cuando se emplea el término
“piensan” está refiriéndose en el griego a una mentalidad que incluye afectos,
procesos mentales y voluntad del individuo. En este caso estamos hablando de
aquellos que buscan saciar los apetitos de la carne no redimida, los cuales son
diametralmente opuestos a aquello que agrada a Dios, el fin de los mismos no
será placentero.
“El fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre,
y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal”
Filipenses 3:19
En contrapunto tenemos
a los del Espíritu, estos piensan en las cosas que agradan a Dios.
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo
honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen
nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”
Filipenses 4:8
Lo verdadero
Solo encontraremos verdad y veracidad
en las diferentes personas del Dios trino, en Dios Padre, en Cristo (Efesios 4:20-21), el
Espíritu Santo que nos guía a toda verdad (Juan 16:13) y su palabra santa, la cual es verdadera “Juan 17:17”.
Tenemos la
promesa de que la verdad nos hará libres “Juan 8:32” y la tenemos
delante nuestro, al alcance de la mano. No tenemos excusas que argumentar si no
estamos estudiando nuestro manual de vida, la Biblia es una bendición a la cual
todos tienen acceso, incluidos aquellos que no profesan una fe en Dios.
Lo
honesto
Nuestra mente debe estar saturada de todo lo honesto, si no es así se estará llenando de otras cosas que no
deberían ocupar ese espacio. El verbo griego traducido significa “digno de
respeto o noble”, no según el mundo o nuestro contexto. Todo aquello que merece
admiración y adoración, es decir, todo aquello que concierne a Dios. Los
valores no cambian por el momento de la historia en el cual vivimos o la
sociedad en la que estamos, los valores y directrices que Dios nos dio son
inmutables al igual que toda su palabra.
Es por la honestidad que podemos acercarnos a Dios sin
impedimento alguno.
“Esto lo digo para vuestro provecho;
no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin
impedimento os acerquéis al Señor”
1 Corintios 7:35
Para poder servir a Dios nos es
requerida una vida caracterizada por la honestidad.
“Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no
dados a mucho vino, no codiciosos de “ganancias deshonestas”
1 Timoteo 3:8
Lo justo
Para abordar este punto, creo que es
necesario recordar que no hay justicia humana alguna (Romanos 3:11). Dicho esto
podemos continuar analizando que es lo justo, sabemos que solo Dios es justo y
solo de Él proviene la justicia, por lo tanto necesitamos de su obra en nuestras
vidas para poder buscar todo lo justo.
“El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus
caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto”
Deuteronomio 32:4
Cuando Dios obra en nuestras vidas
transforma nuestro modo de pensar, ahora estamos en un proceso de pensar como
Él piensa cada vez más en armonía a sus estándares de santidad y justicia. Solo
por su capacitación somos hechos justos ante Él por medio de la propiciación de
Cristo, así como en el antiguo testamento era por medio del sacrificio de
animales como precedente del Cordero sin mancha que dio su vida por sus
escogidos. Por eso y solo por eso se nos imputa su justicia, somos hechos
justos ante el Padre en Cristo y podemos pensar en lo justo. (Romanos
5:1, 5:16, 5:18, 2 Corintios 3:9).
“Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha
sido hecho por Dios sabiduría, justificación,
santificación y redención”
1 Corintios 1:30
Lo puro
Cuando hablamos de pureza de nuevo
estamos hablando de Dios de forma inequívoca, por nuestra naturaleza caída
tenemos una clara inclinación al pecado y al mal. Sin Dios en nuestras vidas no
buscaríamos la pureza en ningún ámbito de nuestra vida, el ejemplo más palpable
está en la promiscuidad sexual que está a la orden del día desgraciadamente. Es
triste ver como se hace un uso indebido del sexo que es algo bueno y da la
gloria a Dios en su contexto correcto, el matrimonio.
Como si el uso indebido del sexo y la
inmoralidad sexual (1 Corintios 6:15-20, 1 Tesalonicenses 4:3) no fuese suficiente, tenemos otros muchos tipos de pureza
que no es buscada en medio de esta sociedad. La Biblia nos habla sobre la
pureza de labios (Sofonías
3:9), sobre la pureza en nuestro trato
con nuestros allegados del sexo opuesto (1 Timoteo 5:2), también menciona la pureza en aquellos que somos jóvenes (1
Timoteo 4:12), de mente (Efesios
4:17, Colosenses 2:18) , de corazón (1
Pedro 1:22, Mateo 5:8) , de ojos (Habacuc
1:13) ,
en el matrimonio (Hebreos 13:4) , en los deseos (Tito 2:12-13).
Podemos concluir que Dios es puro,
mandó a su Hijo como sacrificio puro para hacer posible el milagro de la
salvación, porque solo Cristo era puro en sí mismo y sin mancha para
indescriptible bendición.
“Porque
tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los
pecadores, y hecho más sublime que los cielo”
Hebreos 7:26
Por
su sacrificio y resurrección somos purificados, lavados de los pecados que nos
alejaban de Dios. Su perfecta obra nos hizo aceptos en Cristo y nos capacita
para andar en mayor pureza con Su gracia.
“Purifícame con hisopo, y seré limpio;
lávame, y seré más blanco que la nieve”
“Entonces os rociaré con agua limpia y
quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os
limpiaré”
Podemos ver a la luz de la escritura
que la pureza es una característica clara del colaborador de Cristo y del
ministro de Dios (2
Corintios 6:1-13) junto a una larga lista de
características y atributos que acompañan al verdadero cristiano.
Lo amable
Del griego “lo amigable o agradable”,
vemos una referencia a como debería ser también el carácter de aquel que sirve
al Señor. Pienso que forma parte del amor, porque no dice que debemos pensar en
lo amable solo cuando se porten bien con nosotros o tengamos un buen día, sino
que debe ser siempre.
Solo con el amor del Padre eso es una
realidad en nuestras vidas y aún así tantas veces somos ásperos con aquellos
que están más cercanos a nosotros. La bondad y la generosidad también formarán
parte de aquello que es amable, agradable y amigable.
“Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El
Señor está cerca”
Filipenses 4:5
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de
entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de
paciencia”
Colosenses 3:12
Será una mayor y creciente verdad en
nuestras vidas a medida que crecemos en el Señor.
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal,
para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”
Colosenses 4:6
Es un fruto del Espíritu, el cual
debe ser visible en mayor o menor medida.
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley”
Gálatas 5:22-23
De buen nombre
Es obvio que no estamos hablando de
aquello que pueda ser de buen nombre de cara al mundo, gracias a la obra
regeneradora de Dios podemos reflejar su luz en forma de cortesía, buenas
formas, un trato respetuoso y reflejando los valores judeo-cristianos que
tanto han ayudado a la sociedad desde
hace largo tiempo y por desgracia se están perdiendo a una velocidad vertiginosa.
Es muy llamativo que cuando realmente
estamos pensando y haciendo estas cosas, siempre hay alguien que se da cuenta y
ni siquiera nos hemos enterado. En mi vida me ha sucedido en algunas ocasiones
que compañeros de trabajo, amigos, etc lo han notado e incluso me lo comentado
en cierto momento y estoy seguro que a ti también. Gloria a Dios porque nos da
este privilegio entre tantos otros y que siga su perfecta obra en la vida de
cada hijo suyo transformándonos día a día.
Soli Deo Gloria
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